La frecuente desinfección de las manos con gel desinfectante puede resecar las uñas naturales y hacer que se encojan ligeramente, lo que puede hacer que la uña artificial se desprenda de la natural. Un buen cuidado de las cutículas es la mejor solución para evitarlo, utiliza aceite O·P·I para cutículas y lubrica bien las tiras al menos dos veces al día. Una buena crema de manos tampoco es un lujo para evitar la deshidratación.